La Huelga de Pan y Rosas
Muy cerca de Boston y Nueva York, dentro del condado de Massachusetts, se inauguró en 1845 una ciudad bajo el nombre de Lawrence.
Se trataba de unas tierras despobladas de Nueva Inglaterra, donde los empresarios de la cercana ciudad de Boston vieron el lugar perfecto para instaurar un pueblo que trabajase del negocio de la época, la industria textil.
Años más tarde la codicia de dichos empresarios había ido aumentando, hasta provocar situaciones en las los obreros, sobretodo mujeres y niños inmigrantes, trabajaban largas jornadas por unos salarios que no alcanzaban para pagar un alojamiento digno y comer. Además de las enfermedades respiratorias asociadas y los numerosos accidentes laborales, provocados por máquinas ruidosas y peligrosas, con las que tenían que convivir más de 10 horas diarias.
En 1912 Lawrence disponía de 30 fábricas textiles que constituían el 25% de la producción textil de los Estados Unidos. Y pese a varios amagos anteriores a la huelga, lo único que se había conseguido fué bajar la jornada laboral de niños y mujeres de 56 a 54 horas.
Momentos clave durante la huelga
Fué el 11 de enero de 1912 cuando el primer grupo de 200 mujeres se rebelaron, al descubrir que la bajada de horas semanales que habían conseguido, iba acompañada de una bajada importante en el salario. Les habían descontado 20 centavos, y es que los empresarios no pensaban perder ni un céntimo.
Estas primeras 200 mujeres pararon las máquinas y salieron a las calles a gritar «¡Todas afuera!», además de lanzar piedras a las ventanas para que se escuchase por toda la ciudad. Empezaba así un movimiento, el de Pan y Rosas, que duraría un total de 63 días, hasta el 14 de marzo de 1912 y que movería a más de 20.000 trabajadoras de las fábricas textiles.
En esta huelga hubieron varias acciones importantes que podemos resumir en 4 puntos, tal y como vemos a continuación.
Creación de un comité de huelga
Hasta el momento tan sólo existía la central sindical oficial, formada únicamente por obreros cualificados, varones y blancos de piel. Tras inicial la huelga, las mujeres acudieron al IWW (Industrial Workers of the World) para recibir apoyo y fuerza en un comité formado por mujeres, niños y hombres de todas las nacionalidades. Este comité de huelga lanzaba el siguiente mensaje a las trabajadoras de Lawrence:
“Ahora que la asociación de los capitalistas ha mostrado la unidad de todos nuestros adversarios, os llamamos como hermanos y hermanas a unir vuestras manos junto con nosotros en este gran movimiento. Nuestra causa es justa… Trabajadores y trabajadoras, dejad vuestros martillos, tirad vuestras herramientas, dejad que las máquinas se paren, que la energía deje de hacer girar las ruedas y los telares, dejad la maquinaria, apagad los fuegos, paralizad las plantas, paralizad la ciudad”.
Industrial Workers of the World
Se organizaría una comité con 56 titulares y 56 suplentes, ya que muchos de ellos acababan siendo detenidos antes o después. Consiguieron organizarse muy bien, creando guardería, colegios y cadenas de ayuda entre la población.
La lucha de las obreras
Se produjo una lucha incansable de las mujeres que acudían como piquetes a las entradas de las fábricas y se organizaban bajo una red solidaria para resistir el asedio. La lucha era incansable y es que además de creer en una causa justa, no faltaban las razones y nuevas motivaciones.
Cabe destacar que un año antes se produjo el incendio en la fábrica Triangle Shirwaist de Nueva York, donde murieron multitud de trabajadoras, por las pésimas condiciones laborales y la codicia de unos empresarios tiranos. A penas en media hora murieron asfixiadas o lanzándose por las ventanas para evitar el fuego, las conocidas como pájaros de fuego. Y es que los propietarios habían bloqueado todos los accesos para evitar robos, de modo que las mujeres que estaban en las plantas novena y décima no tenían forma de salir de un edificio en llamas.
Veníamos de unos años muy duros en los que se soportaron muchos abusos y el machismo era aplastante.
La dureza y represión
Iglesia, empresarios, gobierno y policia quisieron callar a estas mujeres, apelando al machismo y la cosificación de la mujer. La fuerza policial contra las huelguistas fue increíble, llegando a decretar incluso la ley marcial en la ciudad. No sólo estaba la policía de Boston sino que acudieron Marines y otros cuerpos policiales del resto de Estados Unidos.
En las multitudinarias concentraciones la policía actuaba con gran contundencia, deteniendo e incluso asesinando a muchas manifestantes.
El éxodo de los niños
Este momento fué realmente el que acabó de llevar a la victoria a las obreras. A principios de febrero se publicaba un artículo en un periódico de Nueva York en el que se pedía ayuda para cuidar a los niños de las obreras de Lawrence, mientras continuaban con su lucha, con tal de que los pequeños no sufrieran el hambre y frío de aquellos días.
Dicha publicación decía lo siguiente:
RECIBID A LOS NIÑOS
Los niños de Lawrence tienen hambre. Su padres y madres están luchando, pero el hambre puede romper la huelga. Estas mujeres y hombres están dispuestos a sufrir, pero no pueden ver el dolor de sus hijos o soportar sus llantos pidiendo comida. Se solicita a aquellos trabajadores y simpatizantes de la huelga que puedan acoger al hijo de un huelguista hasta que la huelga termine, que envíen con urgencia su nombre y domicilio al Call. Hacedlo de inmediat
New York Times
El llamamiento fué un éxito y el 24 de febrero de 1912 salieron en un primer tren los primeros 120 niños hacia la ciudad de Nueva York, donde les esperaban las familias solidarias.

Tras este hecho, el alcalde de Lawrence decretó los viajes de los niños como ilegales y mandó una represión enorme contra niños y madres que acudieron al segundo convoy de huída. El New York Times informó al día siguiente que para “desanimar cualquier intento de los huelguistas de rescatar a los niños, cuatro compañías de infantería y un escuadrón de caballería rodearon la estación de trenes”.
Aquí la opinión pública no perdonó estos actos violentos y los empresarios finalmente se verían obligados a ceder, declarando el final de la huelga el 14 de marzo y la vuelta de los niños de las trabajadoras de Lawrence, el 30 de marzo de 1912.
Queremos pan y también Rosas
Bajo este lema «Queremos pany también rosas», las obreras pedían pan, es decir unos salarios justos, y Rosas, entendidas como unas mínimas condiciones de trabajo dignas.
Tras unos años de sufrimiento estallaba una lucha que trascendió mucho más de Lawrence y que hemos repetidas en innumerables ocasiones a lo largo de la historia. Aquí mismo en España tenemos una lucha importante de las trabajadoras de El Corte Inglés durante la época de la transición española e incluso hoy en día, donde los salarios no acaban de ser iguales entre hombre y mujeres.
Sin duda esta huelga inició un camino hacia la lucha de la mujer por ser tratada como igual y disponer de los mismas armas, de un mundo controlado por y para hombres blancos, que poco a poco ha ido abriendo camino hacia la igualdad entre seres humanos.
Han sufrido muchas mujeres, algunas han muerto por la causa, pero siempre luchando por unos derechos que en ocasiones nos han sido arrebatados. No dejemos de luchar nunca por nuestro Pan y Rosas, sobretodo por aquellas que nos abrieron camino y por las que vienen o vendrán.
Las caras protagonistas de la Revolución del Pan y las Rosas

Elizabeth Gurley Flynn
Fué una de las principales organizadoras de la huelga de Pan y Rosas. Hija de militantes izquierdistas, se trasladó al Bronx, donde inició desde muy joven, su labor intensa labor sindicalista y política. Conocida popularmente como La chica Rebelde.
Llegó a la lucha de Lawrence con sólo 21 años, enviada por la IWW, el sindicato de lucha de las obreras. Y pronto se convertiría en una figura decisiva para organizar reuniones y coordinar las acciones de las huelguistas.
Consciente de las dificultades de las mujeres para ser esposas, cuidar de los hijos y luchar, se encargó de coordinar la comunicación y distribuir tareas y ataques.
Una de las frases donde explicaba la situación fué: «Las mujeres querían hacer piquetes. Eran huelguistas, tanto como esposas y valientes luchadoras».

Helen Todd
Aunque el dato no ha sido confirmado, se piensa que fué ella quien pronunció el discurso que daría paso al poema de James Oppenheim y la posterior canción, símbolos de esta huelga, todo bajo el mismo nombre, Pan y Rosas.
Empezó a trabajar en las fábricas textiles con sólo 14 años y se convirtió en una gran sufragista y activista por los derechos de los trabajadores.
Jugó un papel muy importante en la agitación y creación de piquetes, junto con sus 2 hermanas. Y aunque fué muy protegida por el movimiento, finalmente acabó arrestada en la noche del 15 de febrero.
Era tal el apoyo que recibía que se comenta que una noche le acompañaron a casa 2.000 personas, para asegurarse que no era detenida por el camino.
Tras el movimiento siguió luchando activamente para conseguir el voto femenino y cuando finalmente se alcanzó, siguió trabajando por los derechos de los trabajadores e inmigrantes. A destacar la creación de un comité en 1920, llamado Woman to Woman, que llevaría a las mujeres trabajadoras e inmigrantes al diálogo con las mujeres estadounidenses.
Poema Pan y Rosas
Aquí el poema símbolo de la primera huelga femenina, cuya repercusión sigue aún activa.
Mientras vamos marchando, marchando, a través del hermoso día
un millón de cocinas oscuras y miles de grises hilanderías
son tocados por un radiante sol que asoma repentinamente
ya que el pueblo nos oye cantar:
¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, luchamos también por los hombres
ya que ellos son hijos de mujeres, y los protegemos otra vez maternalmente
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte,
los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos
¡dennos pan, pero también dennos rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, gran cantidad de mujeres muertas
van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan;
sus espíritus fatigados no conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza
¡Sí, es por el pan que peleamos, pero también peleamos por rosas!
A medida que vamos marchando, marchando, traemos con nosotras días mejores.
El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad.
Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez que trabajan para que uno repose
¡Queremos compartir las glorias de la vida: pan y rosas, pan y rosas!
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte;
los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos
¡pan y rosas, pan y rosas!
Poema símbolo de la lucha de las trabajadoras textiles de Lawrence
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